Renovando La Esperanza

Esta unidad productiva ha permitido posicionar la Asociación RENACER organización de mujeres víctimas del desplazamiento, con sus historias nos muestran cómo se puede construir la paz y retomar La Esperanza.

Antes de que el sol despunte sus primeros rayos en la vereda Mesitas del municipio de Fusagasugá,  Sandra Patricia Duarte, habitante de la finca La Esperanza, está en pie lista para una nueva jornada. Mientras prepara el desayuno de su esposo y sus 4 hijos adolescentes, quienes también se alistan para sus labores cotidianas, Sandra se une a cuatro mujeres, que conforman la Productora de Huevos de Codorniz ‘La Esperanza’, unidad productiva concebida como parte del proceso de formación que recibieron del SENA en Técnico en Manejo de Aves de Corral. Durante su etapa lectiva, encontraron en sus historias de vida motivos para fraternizar: todas son foráneas de éste municipio, desplazadas por la violencia de zonas como Villarica (Tolima), Vistahermosa y Lejanías (Meta).

En el año 2004, Sandra –quien entonces tenía 27 años- trabajaba en una parcela de Lejanías con su familia. Una noche llegó su esposo, Ulises Vargas “más pálido que el papel y sudando frio con semejante calor, que había sido interceptado por un miliciano, que en el camino le dijo ‘Don, usted tiene tres días pa’ salir de por aquí”, manifiesta. Por este motivo la familia Duarte Vargas, salió rumbo a casa de unos conocidos en el municipio actual. Parecida, fue la situación de Vitalia Niámpira, otra de estas emprendedoras, quien se vio en la necesidad de abandonar su natal Vistahermosa en medio de la noche junto con su esposo y sus hijos en el 2006, por rumores de masacres y reclutamiento de menores en la zona.


La productora de huevos es un proyecto derivado de la Asociación RENACER, primera organización concebida por este grupo de mujeres. “Fue como renacer de las cenizas, fue como volver a empezar, ahora no nos para nadie, la finca se llama La Esperanza porque eso es lo que jamás nos volverán a arrebatar y también eso es lo que queremos ofrecer a otras mujeres que quieran acompañarnos en el proceso”, manifiesta Sandra.

En 5 años de labores, este equipo,  se ha posicionado en Fusagasugá como la mayor distribuidora de huevos de codorniz del municipio. Diariamente, sus 2900 ‘pajaritas’ – como las llaman afectuosamente- producen aproximadamente 2000 huevos diarios. Actualmente cuentan con mercados en Bogotá y planean incrementar su venta semanal de 14.000 a 25.000 huevos para finales de este año.

Cerca de 14.000 mil huevos de codorniz semanales, 
produce La Esperanza, unidad productiva de 5 mujeres 
en condición de desplazamiento en el municipio de 
Fusagasugá

Maria Camila- hija mayor de Sandra- ve en su madre un ejemplo a seguir: “mi mamá me ha salvado la vida, tal vez, sino hubiéramos huido del Meta, yo estaría en el ‘monte’ manifiesta. “Uno que no hace por los hijos, yo quiero verlos bien puestos, con sus estudios terminados, alcanzando sus sueños, porque hay que soñar y no dejar de luchar por ellos”, reafirma Sandra.

Ellas han proyectado posicionar y ampliar la organización hacia un futuro mediano como una fuente generadora de empleos para mujeres como ella: valientes, virtuosas, que “sepan atender bien a sus esposos e hijos, disciplinadas, sabias y activas, que mantengan a sus hogares con amor infinito, además  enseñando a sus hijos que cuando uno quiere las cosas, las logra”.



Aunque Colombia ocupa el segundo lugar con más desplazados internos, 5,7 millones de personas según cifras de ACNUR para el año 2013, el SENA ha desarrollado un importante trabajo incluyente en formación con 27.407 personas en condición de discapacidad, en lo que va corrido de éste 2014.